¿Por qué la resistencia?
-1era parte-
Recientemente, en el marco de una actividad, escuchaba una opinión de un asistente sobre las violencias machistas y las nuevas masculinidades, “estas ideas son como las corrientes psicológicas, hay muchas, y no hay una exacta” dijo el sujeto; la aseveración más allá de parecerme absurda, me pareció una reacción muy común, y más por la edad de la persona, que ha desarrollado toda su vida desde la sociedad heterónormada, binarista y patriarcal (es decir, la vida desde el machismo); como hombres, pocas veces o nunca nos enfrentamos a situaciónes de desigualdad, de inseguridad, de discriminación o de opresión por ser hombres, y por ende, pocas veces nos abrimos a identificar y cuestionar nuestros privilegios.
Ejemplo de ello son las alertas de violencia de género, una medida que como hombres parece no terminamos de entender, sobre todo, desde su definición, evidencia de ello es la clásica réplica machista de “pero mueren más hombres que mujeres”; este sesgo en el análisis de una problemática tan grave es natural, puesto que no tenemos idea de lo que es vivir violaciones a nuestros derechos humanos por ser hombres (pensamos que si, pero no, no tenemos idea).
Siguiendo con el ejemplo, como hombre, heterosexual, de tez blanca, y en el contexto de una sociedad que no me limita y me permite vivir una vida libre de violencia, puedo caminar por una calle solitaria a altas horas de la noche, aun cuando nunca he recibido una clase de defensa personal, y el único cuestionamiento que pasaría por mi mente para no ejercer esta acción vendría por otros factores, como el económico, al ser potencial víctima de un robo, pero nunca por temor a ser asesinado por ser hombre.
¿Qué nos toca?
Deconstruir, y replicar estos cuestionamientos en nuestros espacios, pero no con un abordaje que utilice como base la empatía, porque apelar a los sentimientos no es suficiente cuando las realidades son aún de mucha desigualdad. Primero, hay que entender que las nuevas masculinidades no son una moda, y sobre todo, no son corrientes ideológicas que alguien nos está tratando de adoctrinar por capricho. Las nuevas masculinidades son una vía para garantizar Derechos Humanos, a partir de la visibilización y por ende erradicación de conductas y prácticas que perpetúan desigualdades en razón de género tomando la violencia como herramienta de opresión.
Una vez entendido lo primero, toca hablar de micromachismos, pero eso lo dejamos para la siguiente entrega.
Román Salvador Sánchez Marmolejo es abogado, docente, investigador y consultor. Es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Nayarit y Master en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid.
Cuenta con diversos diplomados, cursos y talleres en materia de comunicación gubernamental, innovación pública y derechos humanos destacando su participación en el simposio de Política Pública y Administración que organiza el IAP de la UAM en la Universidad de Harvard, quienes en junio de este año le otorgarán el reconocimiento "Agente Transformador" 2024 por su labor de DDHH.
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